Puerto

El ansiado puerto atlántico no fue fácilmente realidad. La costa ifneña es acantilada y, por añadidura, se prolonga mucho la plataforma submarina. Añadase para empavorecer el cuadro, la enorme cantidad de arenas, en suspensión, que llevan las corrientes. La construcción de un puerto clásico habría elevado enormemente el presupuesto del mismo. He aquí por lo que, para cumplir la promesa del viaje del Caudillo al país, hace ahora diez y seis años fue menester que nuestros mejores técnicos portuarios hallaran felizmente una solución al problema. Ha quedado construido así, al efecto, un gran funicular que se apoya de un lado en la costa litoral y por otro en un muelle-islote artificial a 1.335 metros de distancia, mar adentro. De este modo se han encontrado fondos grandes para el atraque de los buques al muelle-islote y el transporte de arenas no impiden las operaciones de carga o descarga ni afecta a la seguridad de la obra. Cuatro «cajones» de diverso tamaño de hormigón armado fueron sucesivamente construidos en Las Palmas y remolcados 290 millas hasta el lugar de anclaje. Los dos primeros «cajones» de 26 por 19 metros y de 14 por 11, denominados «Virgen de la Esperanza» y «Virgen del Pino» —el primero de 3.700 Tns.— se remolcaron entre el 11 septiembre y el 17 octubre de 1958, con gran cuidado, hasta quedar convenientemente fondeados. Después los «cajones» denominados «Virgen de la Paloma» y «Virgen del Carmen», siguieron idéntico proceso, entre octubre de 1959 y mayo de 1960. Uno de ellos se fijó junto a la costa como apoyo del funicular. El otro quedó en medio, para asegurar el tendido del cable. En el «muelle islote», el fondo en la bajamar es de 12 metros, por lo que admite el atraque de barcos relativamente grandes. Dos grúas de 20 toneladas facilitan la carga y descarga. Cada vehículo del funicular —que es de doble vía— transporta veinte toneladas. La capacidad del mismo es, pues, de 300 hombres o 60 toneladas por hora, lo que se estima de momento suficiente. El cable tiene un diámetro exterior de 88 milímetros y los motores de los vehículos 260 caballos de fuerza.

La vanguardia. 11 de agosto de 1966