Batallón de la Gabardina

Durante el ataque a Ifni, entre octubre de 1957 y abril de 1958 un grupo de civiles capitaneado por Diego Barber Ortega se pusieron en contacto con el Delegado Gubernativo para ofrecer su colaboración y ayuda a la Policía, con una fuerza de civiles que colaborarían en la vigilancia de la ciudad.

Hablaron con el General Gómez-Zamalloa y dio el visto bueno para que patrullaran por las noches y aliviaran el trabajo de la Policía.

Así nació este "somatén", un numeroso grupo de hombres de todas las edades y clases sociales que vigilaban las calles de Sidi Ifni. Se les proporcionó armamento y munición. Como todos habían hecho la mili no necesitaron instrucción militar.

Para protegerse del frío y humedad de la madrugada usaban una especie de gabardina o capote, por lo que fueron conocidos popularmente con el nombre de "el batallón de la gabardina". Como identificación llevaban un brazalete con los colores nacionales y un número.

Se dividió el pueblo en sectores y el somatén en grupos y se les marcó sus zonas de patrulla. A las 22:00 horas recogían el armamento y patrullaban hasta las 7:00, que entregaban el armamento y muchos de ellos se incorporaban directamente después a sus puestos de trabajo.

Al frente de cada grupo ponían a alguno de ellos que hubiera tenido alguna experiencia militar, como Jerónimo Sáenz de Tejada, alférez provisional en la Guerra Civil.

Mientras, en las casas, se dormía con un colchón en el suelo, debajo de las ventanas por si entraba alguna bala perdida. Nadie se asomaba a las ventanas ni subía a las azoteas.

La cooperación desinteresada de estos hombres fue muy valiosa y reconocida públicamente. El General Gómez-Zamalloa les entregó la medalla de la Campaña Ifni-Sáhara con cinta anaranjada. Se les entregó un diploma a cada uno de los miembros de ese somatén.


Por Pilar Barrutia, con la ayuda de Nieves Campillo y Francisco Mérida.

Publicado en "El Eco de Ifni" en julio de 2007

 

Himno. Letra de Felipe Briones

 

Dejamos con decisión

el serrucho y el cepillo

la fragua y el martillo

para cumplir una misión.

 

Una misión que es un deber;

Un deber que es un honor;

un honor que como español

todos sabemos tener.

 

La gabardina, de abrigo;

una bandera en el brazo:

el corazón en el pecho

y un mosquetón como amigo.

 

Por cartuchera, el bolsillo;

de dotación, los cincuenta;

edad, de veinte a sesenta,

pero parecen chiquillos.

 

Tres días cada semana,

desde las diez de la noche

paseando sin descanso

hasta el toque de diana.

 

Las mujeres y los niños

descansan en blandos lechos,

y renunciando a los techos

les velamos con cariño.

Relación (provisional e incompleta) de miembros del Batallón de la Gabardina

 

Diego Barber Ortega, Ángel Salve, Gregorio Pozo, Miguel Antón Sola, Manuel Calderín Sánchez, Ramón Padrón, Antonio Calderín, Rafael López, José Santana Henríquez, Manuel Candela, Eloy Candela, Antonio Mogica, Gaspar de las Heras, Antonio Torres, Luis Díaz, Sabas Arrigote, Porfirio Rodríguez, José Linares, Julián Diéguez, Antonio Suárez, Pedro Perea, Miguel Lorenzo, Rómulo Lorenzo, José Luis Vives, Vicente Antonio Barberán, Francisco González, Mariano Asenjo, José y Tomás Serrano Capdepón, Antonio Medrano, Pedro Guillén, Guillermo Rodríguez, Manuel Torres, Juan Artilles, Emilio Rodríguez, Jesús Rodríguez, Francisco José Rodríguez, Luis García, Blas García, Juan García, Pedro Vinué, Luis Guimera, Ernesto López, Joaquín Cabrera, Ramón Pacreu, Antonio Pérez, Matías Silva , Joaquín Bish Medina, Prudencio Navarro, Manuel López , Jerónimo Sáenz de Tejada, Jerónimo Castaños, Conceso San Pablo, Luis Acero, Manuel Torres, Cristóbal Suárez Morales, José Maria Gómez Vilabella, Gaspar de las Heras Iglesias.